Pequeñas coincidencias

Supongo que no soy el único al que le pasa, pero la verdad es que cada vez que se producen me siguen sorprendiendo. Me refiero a que hay veces en la vida en que se dan coincidencias que te llaman la atención, aunque simplemente sean pequeñas casualidades. El otro día comentaba una de ellas con mi amigo Álvaro: le contaba, sabiendo que le gusta el ciclismo, que en el corto plazo de tres días me había encontrado con Roberto Laiseka, me había cruzado en la carretera con los coches y el autobús del Euskaltel y del LiquiGas y había visto en la puerta de un hotel de Sondika al equipo Astaná (¿a estos no les habían sancionado?, es que no estoy muy puesto...). Mucho ciclismo junto en tres días ¿no?

Pues bien, durante esta última semana me han ocurrido dos de estas casualidades referentes a los libros. La primera: el otro día estaba frente a la librería de casa decidiendo qué leer, y cuando ya casi me había decantado por "Fulcanelli", la última novela de José Luís Corral, que trata sobre el enigmático alquimista y el mito de la piedra filosofal, la "partenaire" se me acercó, y me dijo: "¿por qué no te lees este?" y sacó de no se muy bien donde "El Alquimista" de Paulo Coelho, que aunque no es estrictamente acerca de la alquimia, si la utiliza de fondo como hilo argumental, y que yo ni siquiera sabía que lo teníamos en casa . Y pensé: "joder, hasta ahora nunca he leído nada acerca de la alquimia o los alquimistas, y ahora resulta que tengo que decidir entre dos!" Casualidad de alquimista. Como veis, al final opté por el autor brasileño.

La segunda: el jueves, durante mi apasionante viaje en coche rumbo a la oficina decidí qué libro iba a empezar cuando acabase este de Coelho. Me decanté por "Históricamente Incorrecto"de Jean Sevillia, que trata de desmentir, a modo de ensayo, determinados hechos históricos que por una razón u otra no son del todo como pensábamos. El caso es que cuando llegué a casa para comer, mi padre, además de tenerme la paella preparada, me había comprado un libro: "Viaje por las mentiras de la Historia Universal" del periodista e historiador barcelonés Santiago Tarín. Por el título podéis deducir que ambos libros son primos hermanos. Y de nuevo en mi cabeza: "joder, que casualidad... ¿o no?".

4 comentarios:

  1. Pues sí, ocurre que muchas veces se producen acontecimientos en nuestras vidas que nos llaman la atención por esas coincidencias que calificamos de casualidades.

    Pero también es verdad que en determinadas ocasiones esas casualidades van un poco más allá del puro azar o coincidencia.

    Del estudio de estos casos se ocupó en su momento el famoso psicoanalista, discípulo de Freud, C. G. Jung. En uno de sus muchos y variados libros (tiene una obra muy conocida titulada Psicoanálisis y Alquimia, oh casualidad) designó con el nombre de “Sincronicidad” a aquellos acontecimientos externos de la vida ordinaria que “coinciden “en su devenir con hechos o sucesos de la conciencia (mental, intelectual o espiritual) de las personas.

    En síntesis viene a decir que muchas de las cosas que nos ocurren, no lo hacen porque sí, si no que nosotros provocamos o facilitamos de forma inconsciente que ocurran y que de alguna forma están vinculadas a algún otro acontecimiento de nuestra conciencia interior.

    Estamos hablando de hechos o fenómenos que no tienen un vínculo de causalidad, es decir, que son acausales, de ahí que los califiquemos como casuales.

    Hay otro autor, David Peat, que tiene un libro dedicado íntegramente al estudio de estos casos y que se titula Sincronicidad.

    Ciertamente se trata de un asunto apasionante si se profundiza en ello como hizo Jung y se intenta comprender de forma racional.

    Casualidad o no, lo interesante es que a través de tu blog se nos plantean cuestiones que bien merecen, al menos, un poco de nuestra atención y reflexión.

    Filos.

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  2. Exacto, a eso me refería con las dos últimas palabras de la entrada "¿o no?". A que tiene que existir algo así, que esto no puede ser pura casualidad, puro azar, que nuestras complejas mentes deben ser capaces de realizar complejísimos cálculos y sondear por partes de nuestro incosciente de las que jamás sospecharíamos, para finalmente dar como resultado estos acontecimientos que calificamos como casuales. Algo tiene que haber desde luego.

    Nunca se me olvidará el día en que salí de casa a hacer unas comprillas con algo más de 20 euros: una cantidad que ni era redonda (20 y pico, no recuerdo exactamente) ni conté concienzudamente al cogerla del cajón. Después de hacer unas fotocopias y comprar unos cuadernos me sobró algo de calderilla, así que decidí comprar unas golosinas. Cogí un puñado de estas que son al peso. La dependienta la puso en la balanza y me dijo: "1,57 euros majo". Metí la mano en el bolsillo, saqué todo el dinero que me quedaba y mi sorpresa fue que había exactamente 1,57 euros. ¡Como para no pararse a pensar!

    Me ha gustado mucho la explicación de la procedencia de la palabra "casual". Sin causa -> acausal -> casual.

    Muchas gracias por los comentarios Filos ;-)

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  3. El azar no existe compañeros, MAKTUB.

    Joxema

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  4. ¡Hombre! ¡Cuanto tiempo! Ya se te echaba de menos. Eso sí, podías haber aprovechado tu vuelta para hacer un comentario un poco más largo ¿no? No importa, ya sabes que es para picarte un poco.

    En cuanto a tu comentario, aquí va otra casualidad (aunque seguramente no lo sea tanto...): me acabo de leer "El Alquimista" de Paulo Coelho y una palabra que repiten una y otra vez en él es la de "Maktub" (que como bien sabrás significa "está escrito", en relación al destino). Es más, la entrada que quería escribir en el blog esta noche es acerca de este libro. Es cuanto menos curioso cómo unas cosas llevan a otras de forma tan natural.

    ¿Casualidad? Quizá si. O quizá no, quizá simplemente sea que has visto en el blog que acabo de leer "El Alquimista" y como tú ya lo has leído, has visto apropiado utilizar esa palabra en tu comentario ;-)

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