La semana pasada terminé de leer “Los hombres que no amaban a las mujeres”. La primera novela de la trilogía Millenium de Stieg Larsson. Como dije en alguna entrada anterior, lo cogí con un poco de recelo ya que pensaba que podría ser uno de esos best-sellers de los que tanto habla la gente y tanta fama adquieren y que luego se quedan en una simple novelucha de temas sensacionalistas (teorías conspirativas, sociedades secretas, etc.).
Afortunadamente me equivocaba y la novela ha resultado ser tan interesante como seria. Un thriller policiaco sobre la investigación de un asesinato que se apoya además en temas como el espionaje empresarial y la ética periodística. Al principio da la sensación de que le cuesta arrancar hasta que termina de presentar a los personajes, pero en cuanto comienza la historia en sí, esta te engancha. “Coge unos días libres para leerla, para no llegar dormido al trabajo” dice el anuncio de la radio. Bueno, no creo que sea para tanto, pero si es verdad que cuesta dejar de leerla porque siempre te quedas con la sensación de que está a punto de pasar algo.
Cambiando totalmente de registro, el otro día empecé “Todo fluye” de Vasili Grossman, quien con su anterior novela, “Vida y Destino”, me dejó muy impactado por la crudeza con la que narra la vida de los habitantes de Rusia durante la época de Stalin y la II Guerra Mundial. De momento esta tiene buena pinta. Ya veremos qué nos encontramos.
Hablando de thriller, en junio se estrena la película basada en la novela y titulada de la misma forma, Los hombres que no amaban a las mujeres.
ResponderEliminarFilos.