¿Por qué vuelan los aviones?

Hace unos 15 días me tocó viajar a Valencia por motivos laborales. Hacía ya tiempo que no montaba en avión. La verdad es que, a pesar de los emocionantes aterrizajes que solemos tener en Bilbao, no soy de los que le tiene miedo a volar sino más bien de los que, bien en el despegue o bien en el aterrizaje, se quedan absortos contemplando los paisajes y sobre todo admirando la capacidad del hombre para rozar lo imposible. Y es que lograr que un coche se autopropulse por la tierra pudo ser difícil, pero ¿conseguir que un aparato del tamaño de un avión sea capaz de volar? ¿que alcance los 9.000 o 10.000 metros de altura y los 800 o 900 km/h? No sé vosotros, pero yo lo pienso y todavía me parece increíble. Y cuando pienso en las leyes físicas que lo hacen posible, creo que todavía me parece más apasionante.

Para resumir podríamos decir que los aviones -con el fin de volar- se basan fundamentalmente en dos teorías: por un lado en el efecto Venturi y por otro, y de forma más importante, en la 3ª Ley de Newton, también conocida como "Ley de acción y reacción".

El efecto Venturi -basado en el principio de Bernoulli- consiste en que cuando un fluido aumenta su velocidad, disminuye su presión. Para aprovecharlo, las alas de los aviones están diseñadas de tal forma que la parte superior del ala es más curva que la parte inferior, haciendo así que la distancia a recorrer por el aire sea mayor en la zona superior y que por tanto este aire se vea obligado a aumentar su velocidad. Esto hace, debido al efecto Venturi, que la presión disminuya por encima del ala (a mayor velocidad, menor presión). En definitiva, se consigue que la parte inferior del ala tenga una mayor presión que la parte superior y esto ejerce un empuje hacia arriba que ayuda al avión a mantenerse en el aire.


Sin embargo, la fuerza ejercida por el efecto Venturi no es suficiente por si misma para conseguir la sustentación del avión en el aire, sino que ésta se debe en mayor medida a la citada 3ª Ley de Newton -Ley de acción y reacción- que establece que ante una determinada fuerza o acción producida sobre un objeto, éste genera a su vez una reacción de igual intensidad pero en sentido contrario (es decir, si somos tan cafres de darle un puñetazo a una pared, dicha pared ejercerá sobre nuestro puño una fuerza de igual magnitud pero en sentido contrario). 

¿Y cómo se emplea esta teoría en los aviones? Pues de nuevo gracias a la forma y la posición de las alas. Estas se diseñan de tal forma que el aire que pase por ellas sea propulsado hacia abajo, generando así sobre dicho aire una fuerza de acción en sentido descendente que, debido a la citada ley de Newton, da lugar a una fuerza de reacción sobre el ala en sentido ascendente. Por supuesto, y al igual que antes con Bernoulli, a mayor rapidez se consigue una mayor fuerza, y por ello los aviones necesitan alcanzar una altísima velocidad primero para despegar y posteriormente para mantenerse en el aire.


Un ejemplo habitual de este efecto lo habréis experimentado muchos al viajar en coche y sacar la mano por la ventanilla. En ese caso, si en vez de ponerla de perfil, inclinamos un poco la mano enfrentándola al viento, estaremos desplazando el aire hacia abajo y notaremos una fuerza ascendente que tiende a levantar nuestra mano.

Esta 3ª Ley de Newton se ve además ayudada por el denominado efecto Coanda que es un fenómeno físico por el cual un fluido tiende a adherirse y seguir la trayectoria de un objeto con el que incide. En el caso de los aviones, el aire (fluido) tiende a pegarse al ala del avión (objeto con el que incide) y a seguir la trayectoria de esta (es decir, seguir un sentido descendente). Podéis ver un ejemplo práctico en la foto, donde una corriente de agua incide en una cuchara, o bien en el siguiente vídeo:


Así que ya sabéis, resumiendo, la respuesta a la pregunta del título de la entrada es:
Efecto Venturi + 3ª Ley de Newton + Efecto Coanda


"Los Asesinos del Emperador" (Santiago Posteguillo)

Como ya sabemos, en innumerables ocasiones la realidad es capaz de superar ampliamente a la ficción. Muchas veces la literatura o el cine se empeñan en idear nuevas tramas y nuevos mundos, nuevas batallas y nuevas civilizaciones, o nuevos personajes y nuevos actos heroicos para conseguir una buena historia cinematográfica o literaria. En muchas ocasiones lo logran, pero en muchas otras no. Y es en estas últimas cuando nos terminamos acordando de la realidad. ¿Para qué tanto imaginar si en la realidad ya tenemos historias apasionantes que superan esto? Yo más de una vez me he encontrado preguntándome ¿por qué, en vez de esta mierda de película, no hacen una megaproducción sobre… (y aquí que cada uno ponga a su personaje histórico favorito)?

Sea como sea, Santiago Posteguillo es sin duda uno de los que han sabido aprovechar muy bien la realidad ya existente. Hace dos o tres años ya nos descubrió la apasionante historia de Publico Cornelio Escipión, el Africano, con su magistral trilogía: "Africanus, el hijo del Cónsul", "Las Legiones Malditas" y "La Traición de Roma", y ya entonces pensé: ¿Para qué idear nuevas batallas teniendo las de Cannae y las de Zama? ¿Para qué pensar en nuevos choques de civilizaciones si ya tuvimos el increíble enfrentamiento Roma-Cartago? ¿Para qué crear nuevos villanos si es imposible mejorar a Aníbal Barca? ¿Para qué nuevos héroes si ya existió el gran Escipión?

Ahora, en "Los Asesinos del Emperador", basándose una vez más en la realidad pasada, Posteguillo nos revela a un nuevo gran personaje de la antigua Roma, y de toda la Historia en general, a Marco Ulpio Trajano. Un gran estratega, que admiraba a Julio César y a Escipión, y que si bien no pudo conseguir tanto éxito militar como estos, sí logró vencer en grandes batallas, sacar adelante las más difíciles misiones  al mando de sus legiones, y llegar finalmente a convertirse en el primer emperador hispano del Imperio Romano.

En paralelo a la emocionante vida de Trajano, el escritor español aprovecha su último libro para situarnos en una época enormemente convulsa del Imperio Romano, caracterizada por diversas guerras civiles y que concluye con el asesinato, en su propia cámara, del entonces emperador Domiciano. Batallas, conquistas, asesinatos, traiciones e Historia, mucha Historia. En conjunto una obra completísima, casi a la altura de la citada trilogía, que pone de relieve a determinados personajes de la antigua Roma que, al igual que sucede con Escipión, la cultura popular tal vez no haya tratado como se merecen.

"Y silbaron tres balas" de Andoni Iribarren

Lorenzo Paluzza es un actor en horas bajas. Después de alcanzar el éxito durante los mejores años de su carrera, se encuentra ahora ante la última oportunidad de volver a ser alguien en el mundo del cine. Un nuevo productor le ofrece la posibilidad de interpretar otra vez a aquel personaje del western que tanta fama le dio. Sin embargo el rodaje se complica y el pasado de Lorenzo irrumpirá de nuevo en su vida. Una trama plagada de venganza, pasión, acción y sexo.


Este es el argumento de "Y silbaron tres balas", del escritor bilbaíno Andoni Iribarren. Un libro muy fácil de leer, con una narrativa fresca y entretenida, y un argumento interesante y sorprendente hasta la última página.

Además, en un alarde de innovación, que tanto me gusta honrar aquí en el blog, Iribarren ha publicado su novela en la plataforma Bubok, en formato e-book y al más que competitivo precio de 1 €. Enhorabuena al autor por la novela y por la iniciativa, y desearle desde aquí mucha suerte con futuras novelas.

La Mecánica del Caracol

Como un oasis en el desierto. No es una expresión muy original, pero es la que se me viene a la cabeza cuando pienso en ellos. Dos programas de radio y televisión que merecen realmente la pena. La verdad es que en la radio quizá existan más excepciones, y haya más programas culturales y de calidad, pero lo de la televisión me da la sensación de que es para echarse a temblar.

El programa de televisión al que me refiero, ya lo comenté aquí en el blog hace casi un año. Se trata de "Escépticos", del que por aquel entonces emitió ETB2 su episodio piloto "¿Fuimos a la luna?" con un rotundo éxito. Ahora está inmerso ya en la emisión normal de un capítulo por semana, y aunque el dinamismo y el atractivo de los capítulos no sea el mismo que el conseguido en el piloto, la temática y el objetivo del programa no ha cambiado: divulgar el método científico al gran público y desenmascarar falsos mitos, creencias y conspiranoias. La cadena pública lo ha arrinconado un poco en la parrilla (Jueves 00:00h aprox.) pero con la web de "ETB a la carta" se puede acceder a todos los episodios, incluso antes de que se emitan en televisión.


En cuanto al programa de radio, lo he descubierto hace no mucho gracias a los innumerables viajes en coche por motivos laborales. Se trata de "La Mecánica del Caracol" y se emite en Radio Euskadi de Lunes a Viernes, de 15.00h a 16.30h. Los temas que tratan son básicamente científicos, históricos y en general culturales. Lo conduce magistralmente Eva Caballero, quien con voz dulce y personalidad tranquila y sosegada, es capaz de transmitir al oyente su afán por el conocimiento cultural y su divulgación. Una joya que aconsejo a todos aquellos que disfrutéis aprendiendo más sobre estos temas. Para lo que no podáis escuchar el programa en su emisión normal, la web del mismo los tiene disponibles para descargar o escuchar en streaming, y además pueden encontrarse también como podcasts en iTunes:


Enhorabuena y gracias al grupo EITB por estos dos magníficos ejemplos de buen gusto y propósito educativo. Y enhorabuena y gracias también por ampliar estos contenidos a las nuevas tecnologías.

Maratón de Juego de Tronos

Aunque haya pasado ya tiempo y hasta ahora no lo haya comentado aquí, al final la hicimos. Me refiero al maratón friki de "Juego de Tronos". Los 10 capítulos seguidos. Bueno, la verdad es que hicimos una parada para comer en Desembarco del Rey y otra para refrescar el gaznate a orillas del Tridente, pero podemos decir que los vimos seguidos, y que comparándola con la anterior maratón de "El Señor de los Anillos" se nos pasó mucho más rápido.


En general creo que nos gustó a todos, aunque cada uno echó en falta alguna cosa. Hubo quien se quejó de la falta de batallas y quien criticó el exceso de sexo explícito (¿¡quien se puede quejar de esto!?). Personalmente creo que la historia está bien contada y bien adaptada, y que no cambia cosas relevantes respecto a la novela. Y además consigue algo muy importante: meterte mucho en la historia y engancharte, igual que los libros. Bueno, igual no, pero casi. Y ahora solo voy a ponerle una pega: creo que flojea un poco en los actores elegidos para determinados personajes. No me gustó Tyrion a quien me imaginaba más desfigurado, ni Catelyn a quien hacía más atractiva, ni Jon Nieve que me pareció demasiado desaseado y andrajoso. Y ni mucho menos Loras Tyrell, el Caballero de las Flores ¡qué decepción por Dios! Y no es que los actores trabajen mal, sino que estéticamente me los había imaginado de otra forma. Pero bueno, con otros personajes, como por ejemplo Ned Stark, o Tywin y Jaime Lannister, creo que lo han clavado.

¿Y qué más puedo decir? Pues no sé. Que está muy bien y que merece la pena verla. Y que como los libros -o casi otra vez- te deja totalmente con las ganas de empezar la segunda parte. Hasta que salga, o hasta que me ponga con la quinta novela de la saga: "A Dance with Dragons", es posible que pase tiempo, así que de momento he matado el gusanillo con el cómic "El Caballero Errante" del cual ya hablaremos.

Por cierto, que ya iba siendo hora de que escribiera esta entrada ¿no? ¡Que ya está bien lo mío!