Stieg Larsson

Normalmente, siempre que empiezo una novela, lo primero que hago es leer la breve descripción sobre el autor que suele aparecer detrás de la portada o de la contraportada. Sobre todo si aún no he leído nada sobre él. Qué edad tiene, dónde nació y estudió, qué otras novelas ha escrito y ese tipo de cosas. Pero con "Los hombres que no amaban a las mujeres" no se porqué, pero no lo hice antes de empezar. Así que ayer, cuando me puse con mi sesión de lectura nocturna, exiliado en la cama, mientras mi "partenaire" veía Doctor Mateo, me acordé de que no había leído esa pequeña referencia sobre el escritor, y antes de nada me dispuse a ello.

Pues bien, me encontré con la sorpresa de que Stieg Larsson, que tanta fama está alcanzando ahora con esta novela y las dos siguientes, había fallecido recientemente de un ataque al corazón. Y lo que me impactó aún más es que murió sólo unos pocos días después de haber entregado a la editorial el tercer libro que completaba la trilogía Millenium. Y que queréis que os diga, la verdad es que estas pequeñas cosas me suelen hacer pensar. ¡Sólo unos pocos días después! No se, en ocasiones parece que el destino nos está aguardando a la vuelta de cualquier esquina. O en el caso de Larsson, más bien da la sensación de que la muerte le estuvo esperando hasta que pudo culminar su trabajo. Quizá incluso para darnos a todos la oportunidad de leerlo. O quien sabe, quizá toda esta clase de cosas sólo sean simples coincidencias.

Bloody Mary

La mayoría de vosotros ya sabéis que, además de las que solemos tratar en el blog, otra de mis aficiones es el fútbol, tanto verlo como practicarlo. Para matar el gusanillo de lo primero está la tele y para lo segundo el equipo de Fútbol-7 de “aficionados”. Como la temporada por el momento no nos va muy bien, el pasado fin de semana hicimos una convocatoria nocturna con el objetivo de lo que solemos denominar “hacer equipo”. Lo que significa ir de poteo mientras vemos el partido de La Sexta, criticamos nuestros partidos anteriores haciendo de Capellos y Mourinhos, hacemos unas apuestas de quién va a ser el pichichi este año, etc.

Este sábado tocó hacer la ronda de potes por San Vicente y bajar por Gernikako Arbola hasta Zaballa. Durante dicha bajada a alguien se le ocurrió tomar algo en el Casablanca. En cuanto entramos la edad media del local bajó 10 años de golpe, así que la única solución era pedir un combinado de esos especiales y selectos para no dar la nota. Yo me decidí por un Tequila Sunrise, otros por un Concha de Oro o un Mai Tai y hubo dos personas que se decantaron por el archiconocido Bloody Mary. En cuanto lo dijeron se me vino a la cabeza el origen de su nombre, y pensé “se lo voy a contar a ver si lo saben”, pero como la cosa iba de deportes, del Madrid y el Barça, y de esas cosas, me dije: “buff, no seas pesado, que igual les aburres, déjalo para el blog”. Y aquí estamos.

La historia data del siglo XVI. Enrique VIII contrae matrimonio con su primera mujer: Catalina de Aragón, y de este matrimonio surgiría una hija, María Tudor. Cabe destacar que el hecho de que no fuera varón sería la chispa que finalmente desembocaría en la decisión del rey Enrique de separar a la Iglesia de Inglaterra de la Iglesia Católica.

Enrique VIII acaba teniendo un hijo varón, con Jane Seymur, que finalmente le sucedería en el trono: Eduardo VI. A la muerte de éste es finalmente María Tudor la que accede, mediante una suerte de golpe de estado, al trono de Inglaterra. Ya en sus primeros años de regencia, María, de origen y fuertes creencias católicas, comienza a hacer frente a los protestantes llegando al extremo de la ejecución de muchos de ellos.

Años más tarde contrae matrimonio con Felipe II, pero María no consigue quedar embarazada del heredero del Imperio y la corona española. Esto la acaba por obsesionar llegando incluso a sufrir dos falsos embarazos psicológicos. Aprovechando esta circunstancia, el obispo de Londres, la hace creer que su incapacidad para engendrar un heredero se debe a que no combate al protestantismo con suficiente determinación. A partir de ese momento María Tudor intensifica su presión sobre los protestantes y aumentan las ejecuciones. María se vuelve más sanguinaria. María se convierte en "Bloody Mary".

Finalmente María Tudor acabó sus días a los 42 años de edad, no se sabe si debido a un cáncer o una grave gripe, pero lo que si es seguro es que murió sin haber logrado descendencia.

Seguramente el resto de cócteles que tomamos aquella noche tiene su propia historia, pero dudo que ninguna sea tan trágica e interesante como la del combinado que osaron tomar Jose y Álvaro.

La Gran Evasión

Ayer se cumplieron 65 años de la gran evasión. No del estreno de la película que todos conocemos, sino del hecho real que la inspiró. Y es que este film, protagonizado entre otros por Steve McQueen, se basó en la fuga que, el 25 de Marzo de 1944, llevó a cabo un grupo de presos británicos de un campo de prisiones durante la Segunda Guerra Mundial.

Andrew Wiseman, Alfie Fripp, Frank Stone y Reg Cléber. Ayer no fue exactamente su cumpleaños, pero seguro que recordaron cómo aquel día volvieron a nacer.

XIII y fin

La última vez que os hablé de la saga de cómics XIII estaba esperando a que me llegaran los últimos 6 números para poder ponerme con ellos. Bueno, pues finalmente llegaron y ayer definitivamente acabé con el último.

Tengo que reconocer que el final se me ha hecho un poco descafeinado. Para mi gusto lo mejor de la historia ya había pasado, pero igualmente he disfrutado como un colegial con estas últimas entregas. El hecho de finalizar la trama, de acabar de cerrar el círculo, es una sensación grata con la mayoría de las novelas y cómics, y con XIII más aún si cabe.

No os contaré el final, ya que aún tengo la esperanza de que alguno se atreva, y se ponga a leer esta maravilla. Josema, por favor, vuelve cuanto antes de Francia, que necesito comentar la historia y los detalles con alguien.

Mi próxima lectura: "Los hombres que no amaban a las mujeres" de Stieg Larsson. Me pongo con él con ciertas reservas debido al gran éxito que está teniendo. Espero que no sea uno de esos soufflés que se hinchan y se hinchan y luego son un bluff.

50 años: ¿muchos años?

Pues eso. ¿Son 50 años muchos años? Bueno, yo creo que depende de a qué nos estemos refiriendo. 50 años para toda la historia de la humanidad apenas significa nada, pero 50 años para un ser humano es más de la mitad de su vida. ¿Y 50 años para un país?

Este pasado mes de Enero se han cumplido 50 años de la victoria de la Revolución en Cuba. La primera semana del año 1959 fue la definitiva para que Castro y el Che, el Che y Castro, entraran en La Habana como vencedores.

Según los libros de historia la guerrilla fue acabando con el régimen de Batista empezando por el Este de la isla y acabando por el Oeste, de oriente a occidente. Para celebrar el triunfo el ejército de Castro quiso establecer un símil entre los festejos y la forma en que se produjo dicha victoria. Para ello formaron una caravana de celebración que recorrería la isla de Este a Oeste, desde Santiago de Cuba hasta La Habana.

Dicha caravana fue concebida como una celebración, como una liberación para millones de cubanos. Las gentes querían recibir a esos revolucionarios, con sus imponentes bigotes, barbas y uniformes con emoción, como una salvación, como una luz al final del túnel. Pero la magia de esta caravana acabó ahí y la luz que traía comenzó a debilitarse muy pronto.

Apenas un año después de la entrada de Fidel Castro en La Habana y los festejos en su honor, los ciudadanos comenzaron a notar que aquello no era lo que esperaban, comenzaron a percibir que el futuro que tenían por delante no iba a ser muy distinto al pasado que habían sufrido. Y ello fue debido entre otras cosas a los excesos que protagonizaron aquellos vencedores, a la excesiva represión a la que sometieron a los anteriormente fieles al régimen de Batista y por extensión a gran parte de la población cubana. Y todo aquello se fue convirtiendo en habitual.

Es posible que esta anécdota de la caravana triunfal no la conozca mucha gente, pero lo sucedido dentro de Cuba desde entonces hasta ahora lo conocemos todos y no es necesario relatarlo. Actualmente son muchos los cubanos que piensan que 50 años han sido muchos años. Después de los últimos acontecimientos en Venezuela esperemos que en un futuro los venezolanos no tengan que pensar lo mismo.


Los Diez Mil

La más conocida, y seguramente también la más importante, de las batallas acontecidas durante las Guerras Médicas es la Batalla de las Termópilas que enfrentó a los 300 espartanos de Leónidas frente al gran ejército persa de Jerjes. Esta fama se debe, además de al propio caracter épico de la batalla, al comic de Frank Miller y sobre todo y recientemente a su fantástica adaptación cinematográfica de la mano de Zack Snyder. Ya conocéis mi casi veneración por esta historia, su cómic y su película, pero aguantando mucho las ganas, no será ella acerca de la que voy a escribir hoy. Sin embargo si que vamos a hablar sobre otro ejército griego, sobre otro enfrentamiento con los persas y sobre otro número significativo (esta vez mucho mayor).

Acabo de terminar la novela "El Ejército Perdido" de Valerio Massimo Manfredi. En la librería lo primero que me llamó la atención fue su título. Pensé: "un ejército puede ser temible, un ejército puede ser inmenso o glorioso, un ejército puede estar desanimado y muchas cosas más, no se, pero ¿como puede un ejército estar perdido?" Después leí la sinopsis de la contraportada y vi que trataba sobre la expedición de Los Diez Mil. Hasta ese momento no había oído hablar de ella, así que otro punto positivo para la novela. Pues bien, finalmente la compré y, como digo, ya la he terminado.

La historia de este ejército comienza en el año 401 A.C., finalizada ya la Guerra del Peloponeso. El prícipe persa Ciro recluta un ejército de 10.000 desterrados y mercenarios griegos (además de otros 100.000 asiáticos) para derrocar a su propio hermano Artajerjes, Gran Rey del Imperio Persa. El enfrentamiento se produce en la batalla de Cunaxa. Los Diez Mil hacen su trabajo y luchan sin descanso persiguiendo a los persas durante toda una jornada, pero al regresar se encuentran con que las tropas reclutadas por Ciro han sido ampliamente derrotadas por el ejército del Gran Rey. Desde ese momento, a Los Diez Mil sólo les queda la retirada.

En "El Ejército Perdido", Massimo Manfredi narra, desde el punto de vista de una mujer que les acompaña, esa retirada de Los Diez Mil. Nos cuenta cómo su regreso a casa se convierte en un sinfín de adversidades, teniendo que derrotar a armenios, gentes de las montañas y emboscadas persas. Pero el capítulo que más duro encuentran superar es algo a lo que nunca se habían enfrentado: el frío invierno, el hambre y la desorientación.

Además de la propia historia en sí misma, que no conocía, lo que más me ha sorprendido es descubrir que en este ejército de griegos participó, como soldado y comandante, el gran historiador y filósofo ateniense Jenofonte. De él sólo tenía entendido que había participado en innumerables viajes y que es considerado, con Herodoto, como uno de los primeros historiadores. Y es que, es el propio Jenofonte quien ha hecho llegar hasta nuestros días, esta expedición de Los Diez Mil, gracias su "Anábasis".

La novela es altamente recomendable, tanto para acercarse a este pedacito de la historia antigua como para disfrutar de un muy buen relato épico y muy emotivo. Además, Massimo Manfredi ya ha presentado en Italia su próxima novela "Idus de Marzo" sobre el gran Julio Cesar. Mientras esperamos a que salga en España, además de "El Ejército Perdido", os recomiendo también su anterior trabajo "El Imperio de los Dragones", que narra las aventuras de un grupo de legionarios romanos en el Imperio Chino. Nunca viene mal hacer un repaso de la historia de la antigüedad, y para ello, Valerio Massimo Manfredi nos ayuda inestimablemente.

El caso Romanov

Uno de los mayores misterios del siglo XX relacionados con la historia trata sobre el destino final de la familia Romanov. Después de la revolución rusa de 1917, la noche del 16 de Julio del año siguiente soldados bolcheviques asaltaron el palacio imperial de Nicolás II en Ekaterimburgo. El Zar fue conducido junto con su familia y parte del personal de servicio al sótano del edificio. Allí fueron fusilados y rematados después a golpe de bayoneta. Posteriormente sus cadáveres fueron trasladados en carretas hasta un lugar apartado para ser escondidos y enterrados.

Pero no todo estaba tan claro. Desde entonces hasta ahora, se había especulado con la supuesta supervivencia de alguno de los miembros de la familia. A pesar de las continuas investigaciones nunca se habían llegado a localizar los cuerpos de todos los miembros de los Romanov, faltando el cadáver de un hijo y una hija. Concretamente la leyenda hacía referencia al príncipe Alexei (único hijo de los Romanov) y a la mediática princesa Anastasia, protagonista de varias películas.

Recientemente ha aparecido en los medios de comunicación la noticia de que se han encontrado los cadáveres de los dos descendientes del Zar que faltaban. A los restos se les han practicado las pruebas genéticas correspondientes para poder asegurar que pertenecían a los Romanov y el resultado ha sido positivo. Los investigadores han determinado que se puede asegurar que los cuerpos pertenecen a los dos descendientes restantes. Creíble o no, la razón que se da para explicar porqué no se habían descubierto hasta ahora es que estos estaban enterrados en una fosa situada a 70 metros de la primera.

El tema no es simplemente cosa de morbo o curiosidad histórica, sino que podría tener cierto interés político. Si se confirmase la supervivencia de algunos de los miembros de la familia Romanov, es probable que surgieran (con razón o no; con pruebas o no) algunos posibles descendientes del Zar reclamando su derecho a la herencia e incluso al trono y al gobierno de Rusia.

El mito o leyenda Romanov ha servido de inspiración para muchas obras cinematográficas y literarias, siendo las más conocidas las películas de Anastasia. En cuanto a novelas yo os recomiendo “La Profecía Romanov” de Steve Berry, en la que un abogado estadounidense se ve envuelto en una serie de investigaciones relacionadas con supuestos descendientes de la familia Romanov. Acción, suspense y relación con los hechos históricos. Una novela muy entretenida.

La "verdadera" Pompeya

Siempre he pensado que cada uno de nosotros tenemos un buen montón de cosas que creemos que sabemos, que estamos convencidos de que son de una determinada forma, pero que en realidad sólo hemos oído hablar ligeramente de ellas o las hemos mal-estudiado. Es curioso el momento en que se descubre cómo alguna de esas cosas, que siempre habíamos dado por seguras, finalmente no es tal como creíamos. Estás leyendo un reportaje o un artículo y algo no acaba de encajar. La cosa no es como esperabas y piensas: “Esto no era así…¿no?". A veces estas confusiones son simplemente pequeños detalles como me acaba de suceder a mí.

Hasta ahora siempre había pensado que la lava incandescente procedente de la erupción del Vesubio había sido la causante de la destrucción de Pompeya, y que esta había sido sepultada de golpe, de forma instantánea. Siempre había imaginado a la lava avanzar poco a poco por la ladera del volcán hasta cubrir por completo toda la ciudad. Pero esta semana he descubierto que esto no es del todo cierto.

En efecto, la erupción del Vesubio que tuvo lugar en el 79 D.C. fue el motivo por el que Pompeya quedó sepultada, pero realmente no fue debido a la lava si no a los gases y cenizas volcánicas. La nube tóxica de gases emitida por el volcán, era de tal espesor que terminó cayendo sobre la ciudad acabando con la vida de gran parte de los pompeyanos. Posteriormente las cenizas volcánicas terminaron por cubrir sus cuerpos, sus calles y edificios durante los varios días que duró su caída.

Pero la historia no queda ahí. La realidad es que si que hubo una ciudad que se vio sepultada por el barro incandescente proveniente del Vesubio. La realidad es que si existió una “verdadera” Pompeya. Y esa ciudad fue Herculano.

Herculano era una ciudad más pequeña y rica que Pompeya, y a diferencia de esta, que estaba situada al sur del volcán, Herculano se encontraba al oeste del Vesubio. Esta situación geográfica, la orografía del terreno y los vientos en ese momento, hicieron que Pompeya tuviera que soportar los gases y Herculano la lava o barro incandescente.

En ambos casos lo que ha llegado a nuestros días es una de las fuentes arqueológicas más importantes del mundo. Las excavaciones comenzaron a mediados del siglo XVIII y muchos las consideran como el origen de la arqueología. Debido a la capa de lava y cenizas, los cuerpos y las ruinas se han conservado en muy buen estado y lo que es más importante, han permitido estudiar el propio día a día de la vida de los romanos, ya que al haber sido sorprendidos por la erupción, las casas, los edificios, los utensilios, etc. quedaron en el mismo estado en que se encontraban. El yacimiento puede considerarse por tanto como una fotografía de un día habitual de la época, aunque seguro que ni pompeyanos y ni herculanos tuvieron tiempo ni ganas de sonreír para salir en ella.



Watchmen: la película

Ayer por fin llegó el día esperado. A las 17.55 monté en el coche intentando disimular la incipiente ansiedad. Quince minutos más tarde, a las 18.10, estábamos ya con las entradas en la mano. Todavía 50 minutos para empezar. Tocaba tomar algo para matar un poco el tiempo. Después de la CocaCola de rigor, a las 18.30 nos plantamos frente a la cola de las palomitas con intranquilidad, ya sabéis, con el típico movimiento de pierna inquieta. Ya no quedaba nada. Finalmente a las 19.00 se desató la emoción y estábamos viendo ya al Comediante caer al vacío. Dos horas y media con la piel de gallina. Dos horas y media con Watchmen. Y por fin, a las 22.00 era ya un hombre plenamente feliz. Y es que la película, lejos de decepcionar por las altas expectativas levantadas en mi cabeza, me ha parecido buenísima. Es más, a medida que pienso más en ella, a medida que me acuerdo de más y más detalles, creo que incluso la calificaría de impresionante.

La fidelidad a la estética y la trama del cómic es reseñable, permitiéndose sólo alguna licencia más en la parte final. Por si todavía no habéis leído el cómic ni visto la película, no desvelaré nada de la trama, pero sólo decir que hay un par de peleas muy espectaculares que, a diferencia de otras películas de acción, permiten ver perfectamente quien pega a quien, sin ningún tipo de barullo.

En cuanto a los personajes, la verdad es que si no has leído el cómic, la película da suficientemente de sí para poder profundizar en su historia, pero quizá no para que te involucre del todo. Es posible que los ajenos al mundo Watchmen no se sientan identificados con los personajes y no se emocionen con sus apariciones. Supongo que es normal. Al fin y al cabo, todos conocemos a Batman o Superman y es más fácil meterse en su historia, pero no todo el mundo conoce a Búho Nocturno o a Rorschach. Afortunadamente yo no tenía ese hándicap.

Bueno, en resumen, que yo me quedé más que satisfecho en todos los sentidos. En cualquier caso, como sucede habitualmente, la película es muy buena pero el cómic es aún mejor. Animaos y echadles un vistazo a ambos. Realmente merecen la pena.

“Esta ciudad me teme. He visto su verdadero rostro” ¡Enorme Rorschach!


Saint-Exupéry

El éxito de "El Principito" hizo que Antoine de Saint-Exupéry se convirtiese en el escrito francés más leído del siglo XX. De él, además del propio libro y de que era un escritor francés, ya conocía también que fue un pionero piloto de aviones. Pero hace unos días, hojeando una revista, llamó mi atención un artículo sobre el escritor francés. Al leerlo detenidamente descubrí un par de pasajes sobre su vida que me sorprendieron.

El caso es que este año se cumple el 65 aniversario de su muerte. Saint-Exupéry murió en 1944. Hasta ahí todo normal, pero lo llamativo es que había nacido en el año 1900 y por tanto falleció a la temprana edad de 44 años. Son varios los casos de escritores y artistas que mueren jóvenes. Algunos por suicidios, alcoholismo, etc... Pero no es este el caso que nos ocupa.

Antoine de Saint-Exupéry, como decimos, nació en Lyon en 1900. Después de finalizar sus estudios universitarios, se dedicó a publicar varios libros y trabajar como aviador postal, pero al llegar la Segunda Guerra Mundial y el acoso alemán sobre Francia, decidió marchar a EEUU, concretamente a Nueva York. Fue allí donde escribió "El Principito", su obra más conocida.

Como muchos intelectuales, estuvo involucrado en política. En su caso, no tanto como activista por un determinado partido, sino únicamente aportando sus opiniones y valoraciones al respecto. Realizó varios viajes por diferentes países europeos, entre ellos España y la URSS, interesándose por el estado y la actualidad política de dichos lugares. En cuanto a política local, en Francia se le relacionó con el gobierno claudicante de Petain y fue un duro crítico de De Gaulle.

La guerra todavía seguía en marcha, y Saint-Exupéry decidió volver a Europa y se alistó como piloto en el ejército aliado para, además de con la pluma, poder combatir al régimen nazi desde el aire. Finalmente en 1944, con la guerra dando sus últimos coletazos, y durante la que iba a ser una de sus últimas misiones, el avión que pilotaba fue derribado por el enemigo y se estrelló en el Mediterráneo. Sus restos desaparecieron y no fue hasta muchos años más tarde cuando se encontraron pruebas que confirmaron su muerte en combate. Hoy en día, un aeropuerto de Córcega, de donde partió para su última misión, le recuerda con un monumento.

Quizá los demás ya conocierais toda esta historia, pero personalmente, nunca había imaginado que el escritor de "El Principito" pudiera haber sido un combatiente de la Segunda Guerra Mundial y menos aún que hubiese muerto en ella. Y es que, como nos enseña su novela más famosa, las cosas no siempre son como parecen.

Día W

Se acerca el día W. Se acerca el día de los vigilantes. Se acerca el día de Watchmen. Este viernes se estrena la película basada en la serie de cómics de Alan Moore, considerada por muchos como la mejor de todos los tiempos. La crítica pone a la película muy pero que muy bien. Parece que será muy al estilo 300. De hecho, como ya sabéis, el director es el propio Zack Snyder. Esperemos que esté a la altura, el cómic lo merece.

Yo la verdad es que tengo muchas esperanzas de que sea un éxito y me muero de ganas por verla (ya tengo las entradas para el Imax para el domingo a la tarde). De momento, para ir calentando motores, me he releído el cómic y he vuelto a disfrutar y emocionarme como un enano, como si nunca lo hubiese leído antes. Cada personaje vuelve a ser un descubrimiento. Cada personaje es una gran historia. Por favor, que sea domingo ya.

Who watches the watchmen? ¿Quién vigila a los vigilantes? Desde el viernes podremos decir que nosotros.



Hacer afición

Muchas veces nos aficionamos a determinados hobbies, deportes o pasatiempos sin saber muy bien el porqué, sin saber cómo comenzó, que fue exactamente lo que encendió la chispa. ¿Que hechos concretos nos hacen tomar afición por un determinado tema? En el caso del deporte podríamos encontrar numerosos ejemplos: que te regalen un dvd de Michael Jordan y te quedes embobado todo un domingo con sus genialidades o poner una tarde la tele y encontrar justamente a Zidane maravillando al mundo entero desde Glasgow. Cualquiera que viva uno de estos momentos sentirá que algo se despierta en su interior, sentirá que se está aficionando al baloncesto o al fútbol en cada caso.

Con los libros o los cómics sucede parecido. Hay determinadas novelas o comics que hacen que después de leídos casi cualquiera tome por hobby la lectura. ¿Ejemplos? Cientos. ¿En este blog? Bueno, pues tenemos de todo: comics y novelas que hacen afición y algunos otros que no tanto. Por el momento, y afortunadamente, más del primer caso que del segundo (siempre es más fácil escribir de lo que gusta que de lo que no...). Por ejemplo, las dos anteriores entradas están basadas en un comic legendario y en una novela que ni siquiera pude terminar. Pero de ambas hemos hablado ya, así que ahora toca hablar de otra cosa, en este caso de otro comic.

Estos días he estado leyendo la saga de cómics XIII. Realizada por Van Hamme y W.Vance y por tanto de origen belga. Consta en total de 19 números y durante esta semana he acabado con los que transcurren del 6 al 13. Para mi disgusto los 6 últimos números aún no los había comprado y me he tenido que quedar por el momento con las ganas de ver cómo acaba la saga. No os preocupéis, en cuanto acabé con el último de los que tenía, encendí el ordenador, entré en NormaComics y me compré el resto (por supuesto no podía quedar ahí la compra y además he pedido una edición especial del cómic Maus. En fin otros 100 € en cómics...). En la web ponía que tardarían alrededor de 4 días en llegar. Espero que no sean más, ya que a duras penas estoy aguantando las ganas de no buscar por Internet el final de la saga (creo que mientras tanto releeré Watchmen para tenerla fresca para la película).

La verdad es que me ha enganchado bastante. Y es que, hilando esto con el título de la entrada, la saga XIII es una de esas que hacen afición por los cómics. Está basada en la novela de Bourne (de la que recientemente el cine ha hecho una trilogía). El protagonista es encontrado en una playa por un anciano pescador pero ha perdido la memoria. No sabe quien es. No sabe que hace allí. A partir de ahí se desarrolla una trama enormemente interesante: asesinatos, conspiraciones políticas, sexo, viajes... En dos palabras: acción y suspense. En ocasiones la cosa se lía bastante, pero casi todos los números comienzan con un pequeño resumen que te vuelve a colocar la trama en su sitio, con lo que no se hace difícil de leer. En cuanto a los dibujos, impecables y muy realistas. Vamos que a todos los que os gusten los cómics, si no lo habéis leído, os lo recomiendo. Pero todavía lo recomiendo más para todos aquellos que aún no os habéis atrevido con estas novelas gráficas. Leed esta por favor. Leed la saga XIII y os engancharéis. Leedla porque esta sin duda es de las que hacen afición.