Fringe

El "maratón friki" lo tenemos programado realmente para el sábado que viene: los 10 capítulos seguidos de "Juego de Tronos" en un mismo día (ya hablaremos de ello cuando toque), pero antes, como para todo maratón, hay que hacer un entrenamiento previo. Y menudos entrenamientos estamos haciendo desde que volvimos de vacaciones. Sesiones de 4, 5 y hasta 6 capítulos, alternadas con otras de 1-2. Y es que casi no podemos parar. Cada vez que terminamos un capítulo no pasan más de 2 segundos hasta que uno de los dos dice: "Ponemos otros ¿no?", y al terminar el siguiente: "¡Otro, eh!?" y luego "¡Pon otro!" y "¡Pon otro!" y "¡Otro!" y "¡OTRO MÁS!". Y finalmente solo nos vence el cansancio del día.

La serie de la que hablo es Fringe, de J.J.Abrams -director de "Perdidos" y "Super 8"- y como quizá no todos la conozcáis, os diré que se trata de una genial serie de ciencia-ficción, en la que una división especial del FBI tendrá que ir resolviendo capítulo a capítulo una serie de casos paranormales o pseudocientíficos: niños que se hacen viejos en menos de 4 horas, hombres eléctricos, cadáveres que sangran plata... Pero lo más interesante es que detrás de todos estos casos, capítulo a capítulo, se va descubriendo una trama de fondo que hacen llamar "El patrón", que parece apuntar a una conspiración científica, y que el FBI tendrá que investigar para determinar quien está detrás de ella y porqué. Para ello, al frente de esa división especial, está la agente Olivia Dunham ayudada por Walter Bishop, un extravagante científico con un pasado ciertamente conflictivo, y su hijo Peter.


Muchos la comparan con la mítica "Expediente X", y sí, creo que puede tener un aire. Pero sinceramente -y ahora alguno me dirá que estoy loco- yo me quedo mil veces antes con Fringe. Creo que es por dos razones: la primera es que los protagonistas son más del estilo que a mí me gusta. Me refiero a que los personajes de Expediente X, Mulder y Scully, quizá estaban más desarrollados emocionalmente, pero los de Fringe (sobre todo la agente Dunham) son personajes que destilan mucha más fuerza, más impulsivos y menos remilgados, es decir, con más cojones. Y el segundo motivo es que, así como en Expediente X, la trama estaba más dirigida a lo paranormal, Fringe intenta acercarse más a la ciencia y al método científico (con las comprensibles licencias al tratarse de una serie de ciencia-ficción) con multitud de guiños y explicaciones a teorías actuales sobre la formación del universo, o incluso corrientes filosóficas.

El último punto a favor para que os animéis con ella y la veáis: es una serie que va claramente de menos a más. Cuando Filos me la recomendó me dijo que cada temporada iba mejorando. Mientras veíamos la segunda pensé que no, que ya no podía ir a más. Ahora que estamos en mitad de la tercera sé que me equivoqué porque estoy más enganchado que nunca. No quiero ni pensar lo que me queda por ver en la cuarta.

Vacaciones en Trafalgar

Unas vacaciones de 10 días en Cádiz dan para más que sol, playa, cerveza y tapas. Para mucho más. Dan por ejemplo para acercarse a la Historia mediante un par de rutas por la parte vieja de la capital gaditana: la "ruta de los castillos y baluartes" y la "ruta de la Constitución de 1812" elegimos nosotros. Aunque igualmente podríamos haber optado por las no menos interesantes "ruta de los cargadores a indias" o la del "recinto medieval y Puertas de Tierra". Y 10 días también dan por ejemplo para hacer deporte y hacer algunas salidas de carrera de 7 Km. desde el final de Caños de Meca hasta el faro de Trafalgar. De forma que gracias a la soledad de la carrera, la tranquilidad del momento y un perfecto amanecer, y metiéndote de nuevo en plena Historia de España, puedes imaginar los cañonazos y abordajes que tuvieron lugar en la famosa Batalla de Trafalgar allá por 1805.

Y cuando ya rodeas el faro, como todavía te quedan los 3,5 Km. de vuelta, puedes aprovechar para saltar de la Historia a la Literatura, y acordarte de que posiblemente quien mejor narró estos acontecimientos fue Benito Pérez Galdós con sus Episodios Nacionales: la célebre batalla, Carlos IV y Fernando VII, Napoleón, la Guerra de Independencia, la Pepa…. Y como no solo de sol, playa, cerveza, tapas, Historia y running vive el hombre, pues acabas decidiendo que en cuanto vuelvas de vacaciones te vas a poner con el primero de dichos Episodios: Trafalgar.

Y así lo hice yo. Y durante los 10 días siguientes a nuestra vuelta de Cádiz me adentré de nuevo en las costas de Trafalgar. Ahora no era yo el que corría claro, sino Gabriel Araceli, el protagonista inventado por Galdós. Bueno, el tampoco corría mucho, más bien aguantaba como podía los embates de la mar, los proyectiles del Victory –nave comandada por Nelson- y el naufragio del Santísima Trinidad. Pero la verdad es que Galdós lo describe tan perfectamente que sí, que yo creo que sí estuve allí de nuevo. Creo que fui yo el que viví la ineptitud de los franceses, encarnada en Villeneuve, y la resignación y rabia de los mandos españoles como Churruca. Y así mis vacaciones se alargaron otros 10 días. Otros 10 días de lectura, de Historia y de vivencias. ¡Y qué digo 10 días, si todavía me quedan 75 años de Episodios Nacionales! Gracias Galdós por concedernos estas largas vacaciones.

Batalla de Trafalgar

"Nueva York" de Edward Rutherfurd


Creo que también pasa por ejemplo con las películas, pero menos. No sé muy bien porqué, pero me da la sensación de que es más propio de las novelas. Quizá por su mayor extensión o quizá por la mayor profundidad de las tramas. No sé, ya os digo que no lo tengo claro. Me refiero a que una novela te consiga enganchar, o no, obedece muchas veces a diferentes circunstancias exteriores: el humor de esos días, las ganas de leer, las preocupaciones laborales, etc. En definitiva, que a veces pillarle el gusto a una novela depende del día que tengas.

Creo que fue el año pasado cuando me puse con la novela “London”, también de Edward Rutherfurd, y no conseguí siquiera llegar a la mitad del libro. Tuve que abandonar porque la historia no acababa de llenarme. Sin embargo recientemente he terminado la novela “Nueva York” y a pesar de ser del mismo autor, tener una temática similar y seguir una misma línea de narración, he acabado encantado con ella, y me ha parecido mucho más absorbente y más entretenida que la anterior. ¡Qué cosas!

En “Nueva York”, al igual que en “London”, el escritor británico narra toda la historia de la -considerada por muchos- capital económica del mundo. Desde su fundación como Nueva Ámsterdam a manos de emigrantes holandeses, hasta los fatídicos atentados del 11 de Septiembre, pasando por muchos de los hitos históricos de la ciudad: su papel en las guerras de la Independencia y de Secesión, el crack bursátil del 1929, la construcción del Empire State, etc. Para poder pasar por todos estos años, la narración se lleva a cabo a través de las generaciones de varias familias neoyorquinas, y a pesar de que esto hace que aparezcan muchos personajes, no se hace nada complicado seguir la trama ni enlazar una generación con las anteriores (creo que de “London” dije todo lo contrario, pero bueno…). Si a todo esto sumamos que la veracidad histórica da la sensación de estar bastante cuidada, se puede decir que en conjunto se trata de una novela muy recomendable, sobre todo para los amantes de la Gran Manzana.

El Empire State dominando el cielo de Nueva York