En la anterior entrada del blog hablaba sobre los enfrentamientos entre los católicos y los protestantes en Francia (hugonotes). Pues bien, da la casualidad de que hoy es, o más bien sería, el cumpleaños de uno de los protestantes más importantes de la Historia. Hoy, 10 de Julio, se cumplen 500 años del nacimiento de Juan Calvino, teólogo francés y fundador de la rama calvinista del protestantismo.
Calvino nació por tanto en 1509 y desde joven se dedicó al estudio religioso, influido por su padre que era secretario de un obispo. Las desavenencias de este con la Iglesia precipitaron su excomulgación y contribuyeron posteriormente a que Calvino, con 20 años, abandonase la religión católica para abrazar el protestantismo.
Las persecuciones sufridas en Francia por los hugonotes le obligaron a abandonar París y tras recorrer varias ciudades francesas acabó recalando en Basilea y posteriormente en Ginebra. Esta ciudad le acogió como líder espiritual pero las autoridades de la ciudad le acabaron expulsando debido a la excesiva influencia que tenía sobre los ciudadanos. Unos años más tarde volvieron a llamarle y esta vez Calvino no sólo actuó como líder religioso sino que acaparó la autoridad política de Ginebra.
Durante todos estos años Juan Calvino fundó y sentó las bases del calvinismo y realizó algo de gran relevancia: escribió el primer libro o tratado completo relativo al protestantismo. Lutero y otros muchos habían incidido hasta el momento en las diferencias entre católicos y protestantes, pero nadie hasta Calvino y su "Institución de la religión cristiana" había recopilado en una sola obra la teología cristiana protestante.
Sus influencias no se quedaron únicamente en el aspecto religioso sino que el calvinismo, y el protestantismo en general, contribuyeron a generalizar la alfabetización (por el hecho de basar su religión sólo en la biblia), a instaurar la democracia y la división de poderes (desconfianza en la bondad del ser humano) y a alcanzar el capitalismo (positividad hacia el trabajo como bien divino, no como castigo).
Es por todo ello que Calvino es considerado por muchos como una de las cabezas más brillantes de la teología y en general de la Historia. Personalmente, al igual que me ocurrió cuando escribí la entrada sobre Charles Darwin, ahora, al escribir sobre Calvino y por tanto verme obligado a recapacitar sobre él y sus logros, me ha dado la sensación de encontrarme ante un personaje enorme, ante uno de los más influyentes de todos los tiempos, ante alguien que con sus ideas, sus aportaciones y sus vivencias hace que me sienta insignificante. Y como entonces con Darwin, me pregunto ¿qué nos queda a los demás ante estos personajes? ¿cuál es nuestro granito de arena en la Historia? Desgraciadamente creo que es posible que ni siquiera tengamos un granito que poner...
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