Robin Hood

Buff... estoy de resaca... y además me duele la garganta... y además... además no sé por dónde empezar. O más bien no sé cómo empezar. O quizá lo que no sé es cuándo empezar. Aprovechando que esta semana se ha estrenado "Robin Hood" de Ridley Scott, me apetecía repasar un poco el contexto histórico en el que se desarrollan sus aventuras, pero ya digo que no sé muy bien cómo hacerlo para que no sea un turre. Porque claro, la leyenda ya nos la sabemos de memoria: Robin de Locksley es un joven hidalgo que reside en el condado de Nottingham y que es desterrado por una serie de supuestos delitos. Convertido en proscrito, se refugia junto a su banda en el bosque de Sherwood, donde se dedica a robar a los malvados ricos para poder subsistir y a la vez ayudar a los pobres. Y no sólo eso, sino que además de ladrón solidario, Robin Hood también invierte su tiempo en hacer frente al rey Juan, un maligno monarca que ha traicionado a su hermano Ricardo (¡bonito nombre!).

Las andanzas de "Robín de los bosques" tienen lugar a finales del siglo XII, aproximadamente entre 1190 y 1194. Por aquel entonces Enrique II había dejado como principal heredero y sucesor al trono a su hijo Ricardo, que en líneas generales fue considerado, además de valiente y gran guerrero, como un buen rey (continuando el eficiente gobierno de su padre) y que posteriormente sería conocido como Ricardo Corazón de León. Pero tras la marcha de Ricardo a Tierra Santa (1190) para participar en la Tercera Cruzada (donde se enfrentaría al gran Saladino) el trono de éste fue usurpado por su hermano Juan, que casi ejerció como monarca durante esos 4 años. Juan fue el último de los hijos de Enrique II y debido a la extensa prole de este, quedó sin herencia adquiriendo el famoso alias de "Juan sin tierra". A la vuelta de Ricardo a Inglaterra, Juan huyó asustado a Francia para más tarde regresar y acabar pidiendo clemencia a su hermano. Este no sólo le perdonó, sino que incluso le nombró su sucesor, con lo que Juan acabó accediendo al trono inglés de manera oficial tras la muerte de Ricardo en 1199.

La mala fama de Juan, así como su mote de "sin tierra" se afianzaron durante su reinado debido a su comportamiento tiránico, y a su incapacidad estratégica y militar que condujo a Inglaterra a la pérdida de Normandía en favor de Francia. Esta circunstancia hizo que Juan, para mantener saneadas las arcas del reino, se viera obligado además a aumentar los impuestos, lo que produjo el descontento general y serias revueltas entre la población. Esta pequeña rebelión forzó a Juan a reunirse en Runnymede con los representantes del pueblo para firmar un pacto que garantizara una serie importante de libertades para los ciudadanos. A este pacto ser le conoció como "Carta Magna", sirviendo como base para multitud de Constituciones posteriores hasta el punto de, por ejemplo, dar sobrenombre hoy en día a la Constitución Española.

A pesar de que el contexto histórico está sobradamente documentado y estudiado, la leyenda de Robin Hood no pasa de ser un mito del que no hay pruebas históricas fehacientes. Su propia existencia se pone en entredicho habiendo multitud de explicaciones para esclarecer su origen: desde la documentada existencia de un desterrado "Robert" Hood, hasta la teoría de que en aquella época todos los proscritos adquirían sistemáticamente el apodo de "Robin Hood". Sea como fuere, la verdad es que la fábula se ha instalado en la cultura popular y ha dado para innumerables películas. Ya veremos qué tal resulta esta de Ridley Scott. A mí por de pronto me llama... y es que sinceramente me crezco mucho más con Russel Crowe que con Kevin Costner o Errol Flynn.

2 comentarios:

  1. Buen post Ricky!

    Estuve el viernes viéndola y la verdad es que me esperaba un tostón viendo lo larga que era (140 minutos), pero la peli me gustó bastante. Rusell Crowe lo clava como Robin, le queda muy bien el papel.

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  2. Gracias Barre!

    Tengo ganas de verla. Por lo que he leído parece ser una versión un poco más oscura del personaje de Robin Hood no?

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