El viernes pasado fuimos al cine a ver la película "Millenium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres", basada en el primero de los libros de la saga escrita por Stieg Larsson. Como había bastantes ganas de verla, a ambos nos había gustado mucho la novela y aún la teníamos reciente, no esperé y saqué las entradas para el mismo día del estreno. Decir que me soplaron 16 euros por las dos entradas: burbuja inmobiliaria no se, pero burbuja cinematográfica... La sala no estaba ni mucho menos llena, calculo no llegaba al 50% de aforo. Al entrar a alguien le oí comentar "No se ni de que va". Hombre, ya se que en general no hay mucha afición a la lectura, pero qué menos que conocer de oídas que hay por ahí una novela de un sueco que está siendo el best-seller del año y que han rodado una película basada en ella ¿no?. Bueno, en cualquier caso, la cosa es que no había mucha gente en la sala. Por cierto ¿alguien tiene la misma mala suerte que yo y le toca siempre al lado la típica pareja tocapelotas? Él, que no sabe hablar bajo, y ella que no se entera de nada. Y yo... yo que tengo poca paciencia... Buff... En fin... vayamos a la película.
La verdad es que cuando acabó llegué a la conclusión de que en general me había gustado (debo reconocer que en las salas de cine soy de fácil conformar) aunque después al hablar con "la jefa", después con mi padre y finalmente con mi madre (todos fieles seguidores de la saga) me dí cuenta de bastantes detalles que tal vez serían mejorables. Y es que supongo que una vez que te has leído el libro las comparaciones son inevitables. Y en este caso, como en el 90% de las adaptaciones de la literatura al cine, cabe decir que la película no es tan buena como el libro, no llena tanto y no te mete tanto en la historia y en los personajes.
Una de las cosas que nos llamó extraordinariamente la atención y que fue lo primero que comenté con Vero nada más acabar la película, fue la gran diferencia en el aspecto físico que existe entre cómo nos habíamos imaginado los personajes de la novela y algunos los actores elegidos para la película. "¡Joder, yo a esta tía me la imaginaba super buena!" le dije a Vero jugándome un poco el tipo. A lo que ella me respondió: "Pues la verdad es que yo también". En pocas adaptaciones al cine me ha pasado esto con tanta intensidad.
Otra cosa: la película puede que se haga un poco larga, sobre todo para aquellos que no hayan leído el libro, pero la pena es que, aún así, se pierden algunas cosas de la historia que en el libro se hacen bastante interesantes.
Como conclusión, creo que quizá hubiera sido mejor hacer una teleserie o miniserie para la televisión o algo parecido. De todas formas, no dudéis que cuando salga la segunda iré a verla también al cine. Eso si, quizá esta vez no haga falta ir la estreno, y quizá, sólo quizá, no me toque tener a la dichosa parejita al lado.
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