El otro día comenté que salía a la venta la esperadísima tercera entrega de Millenium: “La reina en el palacio de las corrientes de aire” del ya archiconocido Stieg Larrson. Lo que no dije entonces es que sólo dos días antes yo había terminado con el segundo libro: “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”. No lo dije entonces y he esperado para ello una semana entera. ¿Por qué? ¿Para qué esperar? Pues la verdad es que quería pensar en el libro y en la historia unos cuantos días. Quería darme un margen para valorarlo, es decir, opinar y escribir sobre él con la cabeza un poco más fría y con la lectura no tan reciente.
Ya sea con el cine, con los libros o con los comics, creo que a veces nos dejamos llevar tanto por las corrientes de opinión, por los booms mediáticos que despiertan, que casi llegan a anular nuestro verdadero sentimiento hacia dicha novela, o película.
A mi al menos me ha pasado ya muchas veces que salgo del cine pensando que la película me ha gustado, o acabo un libro creyendo que ha sido bueno, y no es sino después de algunos días cuando realmente me doy cuenta de que no ha sido así. En muchas ocasiones me sucede cuando tengo que contarle a alguien la historia, o bien cuando llega el momento de recomendarla. Es en esos instantes cuando realmente se me enciende la bombilla y soy consciente de que la película o la novela no me ha gustado todo lo que pensaba, no me ha llenado del todo; me doy cuenta de que los personajes no me han marcado y ya casi ni los recuerdo. Por eso al acabar con Millenium 2 tenía un poco de miedo. Es tal el éxito que está teniendo la saga que temía que esto me condicionase en mi valoración, así que la he dejado reposar en mi cabeza durante unos días.
Y bien....¿cuál es la conclusión ahora? Pues la verdad es que en esta ocasión el sentimiento no se ha ido apagando si no que más bien ha ido en aumento. El día después de acabarla no podía más que pensar una y otra vez en cómo había sido el final del libro. Al de dos días ya estaba ansioso por poder empezar la continuación y descubrir cómo seguían evolucionando los personajes. Y el resto de la semana dándole vueltas a unos y otros detalles de la historia. Vamos, que, como veis, puedo decir que me ha gustado mucho y me ha marcado bastante.
La novela sigue la misma senda que su predecesora, con una ambientación y una temática muy similar y lo que aún se agradece más, con mucha frescura y nada de pesadez en la narración. Un entretenimiento absoluto, que en muchos momentos te acaba pillando en la cama pensando: "que me tengo que ir a dormir hombre... bueno, un capítulo más y paro...". Y creedme si os digo que no logras parar hasta que caes rendido.
En fin, que os sigo recomendando (ahora más que antes, con más razones y más meditadas) la saga de Stieg Larsson. A mi ahora sólo me queda esperar a que mis padres se lean la última entrega para poder ponerme con ella. Hombre, digo yo que ya que la han comprado ellos, y que me la van a dejar, qué menos que dejarles que la lean antes que yo ¿no?
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