Recientemente comenté por aquí que había leído “Los Horrores de Dunwich” de H.P.Lovecraft y que la novela no había acabado de llenarme del todo. La cosa es que en general no me había gustado pero noté que había algo flotando que merecía la pena y que, bien por el momento o bien por inutilidad mía, no había sabido encontrarlo. La primera reacción que tuve fue la de desistir con Lovecraft, por pesado y por cansino, pero después de pensarlo un rato me dije: “¡qué coño! voy a hacer el esfuerzo y al menos voy a intentarlo otra vez ¿no?, habrá que intentar sacar ese algo que me ha parecido vislumbrar...” (y no sé, alguna historia más me dije para automotivarme, pero no pongo todas porque la verdad es que me suelo soltar buenas chapas a mí mismo...).
Y así lo he hecho esta pasada semana. He vuelto a probar con Lovecraft y para ello la novela elegida ha sido “En las Montañas de la Locura”, que supuestamente es la continuación no oficial de “Narración de Arthur Gordon Pym” de Edgar Allan Poe (la oficial parece ser "La esfinge de los hielos" de Julio Verne). Narra las aventuras de una expedición científica a la Antártida y las desgracias y, sobre todo, los terribles descubrimientos que viven los protagonistas. En ocasiones se me volvió a hacer un poco pesado, sobre todo algunas descripciones, pero tanto el comienzo como la conclusión del libro son geniales. Y esta vez sí. Esta vez pude disfrutar del todo de la esencia de Lovecraft, de esa mezcla de terror, ciencia-ficción y fantasía. Esta vez sí lo he disfrutado de veras. He conseguido escalar las terribles montañas de la locura, y además con éxito. El esfuerzo ha merecido la pena.
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