Creo que no siempre tiene que ser suficiente con ello y que no puede valer como excusa para todo. No nos engañemos, esforzarse pero no conseguirlo no es lo mismo que esforzarse y conseguirlo. El que pone voluntad pero no sabe, no conseguirá los mismos resultados que el que pone voluntad y además sabe. Hablando futbolísticamente (que parece que todo se entiende mejor así): Toquero (sólo esfuerzo) no llegará nunca a ser Xavi (esfuerzo y talento juntos: la excelencia). Sin embargo, veo en el esfuerzo una victoria moral. Veo que al menos uno puede quedarse tranquilo consigo mismo cuando ha hecho todo lo que podía. Veo en el esfuerzo una satisfacción interior. Y además, de cara al exterior, veo que, si no títulos, premios o la gloria, el que se ha esforzado sí se ha ganado un respeto. Bueno, esto último no lo veo. Creo que debería ser así, pero no lo veo en el día a día, y me da pena.
Tengo la sensación de que la sociedad en que vivimos fomenta más la vía fácil y rápida. El éxito fácil y explosivo de salir en la televisión, frente a tener una carrera profesional consolidada. Se potencia a los artistas mediáticos y propagandísticos dejando de lado a los artistas más currantes. En la escuela, con la excusa de la igualdad, se permite pasar de curso a cualquiera, pero lo que realmente se consigue es transmitir a los alumnos una infravaloración del esfuerzo (“para que voy a estudiar si paso de curso igualmente”). Y de acuerdo, el de la carrera profesional, el grupo que se mata a ensayar y el alumno que estudia mucho, además de esforzarse tendrán que demostrar talento y brillantez para destacar y triunfar, para llegar a la excelencia. No sólo estoy de acuerdo con esto, sino que lo comparto totalmente, pero el problema que veo no es ese. El problema, como digo, es que ésta sociedad fomenta y promueve lo contrario al esfuerzo, y por tanto lo contrario a la búsqueda de la excelencia.
Este fin de semana un trío de amigos ha hecho un derroche de esfuerzo en la Maratón de Barcelona. Alguno con más brillantez que el resto, pero aún así todos se han ganado su propia satisfacción interior (que no es poco) y el respeto por haberlo dado todo. Saben que tienen mi enhorabuena por ello. ¿Y respecto a este blog? ¿Hay esfuerzo por ejemplo en el hobby de la lectura? Pues a mi me enseñaron que sí. Me enseñaron que comenzar a tomar afición por la lectura es costoso, que al principio hay que forzase a leer, porque hay que darle a la cabeza para imaginar, para entender, para deducir y para aprender. Pero también me enseñaron que tiene su recompensa. Otras aficiones son más cómodas y no requieren tanto, a veces incluso vale con desconectar el cerebro y ale, “que me echen lo que quieran, to’ pa’ dentro”. Esta no. Será por eso que cada vez que termino un libro me siento satisfecho, incluso aunque no haya sido la mejor lectura del mundo. Porque es como completar una nueva carrera. Es conseguir el objetivo. Es saber que, una vez más, has llegado hasta el final.
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