Seguro que todos conocéis, al menos en general, la historia de Enrique VIII de Inglaterra: su ruptura con la Iglesia Católica, la creación de la Iglesia Anglicana, su famoso mal carácter, sus comportamientos en muchos momentos despóticos… Y seguro que sabéis también que, por un lado la necesidad de tener un heredero y por otro sus caprichos sentimentales, le llevaron a tener hasta 6 esposas y que estos matrimonios acabaron de formas muy diferentes. Sabréis también que finalmente obtuvo un sucesor, que sería Eduardo VI, aunque su primogénita fue una mujer, que reinaría posteriormente durante 5 años como María I de Inglaterra, María Tudor.
Pero lo que mucha gente no sabe es que aquí en España tuvimos un rey con un gran paralelismo, al menos en el plano sentimental y paternal, con Enrique VIII. Y es que, dejando aparte las rupturas religiosas, Fernando VII compartió muchas de las características conocidas de la vida del famoso rey inglés.
Fernando VII, conocido como el Rey Felón, y seguramente el rey con peor fama en la historia de España, también necesitó de varios matrimonios para conseguir un heredero al trono. Y aunque no llegó a las 6 esposas de Enrique, si que tuvo que contraer matrimonio en 4 ocasiones, finalizando estos también de formas diferentes. La primera vez se casó con una prima (heredera de Sicilia), que sufrió dos abortos y murió sin descendencia. La segunda con una sobrina (heredera de Portugal) que falleció junto a su hija a consecuencia del parto. La tercera con una heredera de Sajonia con la que no tuvo descendencia debido, dicen, a la timidez de esta. Y por cuarta y última vez se casó con otra de sus sobrinas, María Cristina, quien al fin le dio descendencia.
Este último matrimonio sería el definitivo y de él saldría una nueva semejanza con el rey inglés. Y es que después de tanto casamiento, el primer descendiente de Fernando acabó siendo también una niña (finalmente no tuvo hijos varones) que, al igual que María Tudor, también llegaría a reinar.
El resto de la historia ya la conocéis: Fernando VII no supo reaccionar a tiempo y cometió el último gran error para completar su reinado. Al no dejar del todo clara la abolición o la restauración de la ley sálica que todavía planeaba sobre la monarquía, la sucesión de su hija Isabel quedó en entredicho, dando origen así a las famosas Guerras Carlistas. Pero eso ya es otra historia...
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