Hace ya tiempo que me interesa el tema de la felicidad. No tanto desde el punto de vista de manuales o libros de auto-ayuda, sino para entender bien en qué consiste, cómo nos afecta y cómo y porqué aparece y desaparece. Creo que es comprendiendo la felicidad, razonando sus procesos, y sacando tus propias conclusiones como mejor se puede llegar a acceder a ella, y no con los ejemplos de acción directa contenidos en dichos manuales que, debido precisamente a su carácter generalizado, no pueden servir para todo el mundo. En entradas anteriores ya cité y recomendé sobre este tema los libros de Desmond Morris y de Eduardo Punset: “La Naturaleza de la Felicidad” y “El Viaje a la Felicidad” respectivamente. Ambos con un punto de vista ligeramente diferente, pero ambos en la misma senda divulgativa.
Recientemente he terminado "El arte de ser feliz" del famosos filósofo alemán Arthur Schopenhauer. A pesar de que su subtítulo -“Explicado en 50 reglas para la vida”- podría recordar a un auto-ayuda, en realidad esta circunstancia sólo afecta a la estructura del libro, que va enumerando las reglas una a una. Realmente la explicación que hace Schopenhauer de estas reglas, lejos de constituir unos simples consejos, va conformando un análisis bastante profundo de las principales características de la felicidad: su origen básico en el interior del ser humano, su relación con el carácter o la personalidad, su escaso vínculo con las fuentes externas, su posibilidad de desarrollo gracias al cultivo del mundo interior de cada persona... Personalmente me llamó la atención, y me dejó un cierto sentimiento agridulce y de incertidumbre, la curiosa idea de que la existencia feliz es simplemente aquella que se aleja del sufrimiento y del dolor y que en realidad no podemos esperar mucho más de nuestra vida. Aunque en realidad este concepto, que planea constantemente sobre todo el transcurso de la obra, no sería raro en el filósofo alemán, conocido por su marcado pesimismo.
En cuanto a la lectura del libro, la verdad es que en ocasiones puede hacerse un poco ardua y a mí me recordó, quizá por la repetición un poco caótica de ideas, a las obra de Séneca "Sobre la brevedad de la vida" o "Sobre la Felicidad", pero en cualquier caso merece la pena el esfuerzo para la enseñanza final que se obtiene.
¿la mujer no tiene sentido de la justicia?
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