Buenos y malos: Incógnito


Alguna vez me he preguntado, a raíz de los diferentes personajes que me voy topando en las novelas y los comics (y en menor medida en la vida real), si los malos se verán así mismos como malos, o si realmente se ven como buenos y a los buenos los ven como malos... Creo que me explico ¿no? Mis teorías y mis jamadas de tarro me hacen pensar que ni una cosa, ni la otra. Que hay de todo. Que hay quien hace el mal conscientemente, a propósito, y enorgulleciéndose de ello: quizá el Joker desde su cuerda locura, o "el Sisco" en "La enfermera de Brunete", y por otro lado hay quien hace el mal, pensando que está haciendo el bien, o al menos "su" bien: como quizá Magneto en su deseo de salvar a los mutantes, o quizá Jamie Lannister en "Canción de Hielo y Fuego".

Ejemplos al margen, la linea divisoria entre el bien y el mal, es muchas veces muy difusa, y puede depender en gran medida desde el prisma desde el que se mire. Dicen que los sentimientos de amor y odio en las personas están a un sólo paso el uno del otro. Incluso está científicamente comprobado que estos sentimientos activan circuitos cerebrales muy similares, y casi idénticos. ¿Es posible que esto suceda también con la percepción del bien y el mal? ¿Con los buenos y los malos? Quizá por eso hay casos en los que un bueno pasa de pronto a ser malo y viceversa...

Uno de estos casos de "viceversa" (de pasar de malo a bueno) es el que cuenta Ed Brubaker en el cómic "Incógnito". Un thriller policíaco, con ligero tinte superheróico, muy al estilo Brubaker. En él, Zack, anteriormente un villano enrolado a una organización criminal, tendrá que intentar llevar una vida aparentemente normal después testificar contra sus antiguos colaboradores y de dejar el mundo del crimen. Como os podéis imaginar, las cosas no serán fáciles para el reinsertado Zack, ya que la rutina diaria no parece serle suficiente comparado con las emociones que le daba el mundo del crimen. Me gustó tanto el dibujo (obra de Sean Phillips) como la trama, que va de menos a más y te acaba atrapando. En cuanto al protagonista, la verdad es que, a pesar de cambiar al bando de los buenos, sigue pareciendo un auténtico hijo de perra, pero un hijo de perra al que se le acaba cogiendo cariño, lo cual es quizá el punto más atractivo de todo el cómic. La buena noticia es que parece que la serie continuará (yo he leído el primer volumen que consta de los primeros 6 números). La mala es que desconozco cuando sacarán en España el siguiente volumen.

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