Mira que yo soy cabezón para los libros. Y eso que una de las primeras reglas del lector es que cuando un libro no te llena, es mejor no forzarse y dejarlo, que hay infinidad de cosas para leer por ahí. Pero aún así muchas veces me da igual, me pongo terco y me cuesta dejarlos. En parte por no dejar a medias las cosas, en parte porque me da un poco de pena no conocer el final de esos personajes y en parte como reto personal: el libro o yo... “ahora me lo acabo por cojones”. Pues nada, esta vez no he tenido cojones y el libro ha vencido.
“London” era su título y Edward Rutherfurd su autor. Narra a modo de novela los aproximadamente 2000 años de Historia de Londres pasando a través de sus acontecimientos principales: primeros asentamientos, llegada de Julio Cesar, construcción del Puente de Londres, construcción de la Torre por Guillermo el Conquistador, la Reforma, etc. y la verdad es que lo mejor de la novela es eso, los momentos históricos y cómo contextualiza en ellos a los personajes y sus vivencias. Pero claro, 2000 años son muchos años, y obviamente no se pueden contar con unos mismos personajes. Para solucionarlo, el autor emplea una serie de sagas familiares que se van perpetuando en Londres y cuyos miembros asisten de una forma u otra a todos esos momentos relevantes. La idea es buena, pero tiene el inconveniente de que aparecen tantos personajes que por un lado no da tiempo a identificarse con ninguno y por otro pierdes un poco la pista. Cuando te encuentras con los hijos de los hijos de los hijos de los hijos de los nietos de los hijos de los hijos de los nietos de los hijos de los hijos de los hijos de los personajes iniciales tienes ya un buen cacao montado en la cabeza. Supongo que básicamente esto es lo que ha hecho que la novela me haya resultado un poco fría y no me haya conseguido llenar del todo.
No creo que sea una mala novela, ni mucho menos, pero tampoco me voy a atrever a recomendarla alegremente para todo el mundo. Creo que a gente muy interesada en la Historia de Inglaterra le podría resultar interesante. Es más, creo que yo mismo podría haberla disfrutado más y mejor si la hubiese cogido en otro momento. Quizá me haya influido negativamente todo el atracón inglés que me he estado metiendo últimamente. Por cierto, ya hemos terminado con la tercera temporada de Los Tudor. ¡Esa sí que sí!
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