A veces no hay nada como un ejemplo sencillo, o más bien cercano, para conseguir que alguien entienda una explicación. Creo recordar que circulaba por ahí un e-mail que explicaba el funcionamiento de la economía, del estado y los impuestos, utilizando simplemente vacas y agricultores. La verdad es que era bastante curioso, e incluso útil. Así que es posible que mezclar vacas con tipos de interés y agricultores con especulación funcione. Pero no ha sido el caso -al menos para mí- de “Los superhéroes y la filosofía”, libro escrito por varios autores conocedores del mundo del cómic, y que terminé hace un par de semanas.
No sé si es que los autores sabían demasiado de comics y no tanto de filosofía, o al revés, o que no han sabido bien cómo explicar las teorías que querían, o más bien que no han logrado unir ambas cosas de forma coherente. No sé. El caso es que en general ni me ha servido para profundizar en determinadas cuestiones vitales -como supuestamente debería hacer la filosofía- ni me ha entretenido ni hecho pasar un buen rato -como suelen conseguir los comics-.
Obviamente, y aunque en conjunto no me ha gustado, alguna idea sí que me ha llamado la atención y me ha parecido aprovechable, como por ejemplo la explicación de por qué Superman, aun pudiendo pasar de nosotros, decide dedicarse a salvar a la humanidad, y cómo esto se une con las necesidad básicas de la pirámide de Maslow. Y sobre todo los tres tipos de amistad que plantea Aristóteles, y que yo hasta ahora desconocía: Amistad de placer, Amistad de utilidad y Amistad pura, y cómo estas pueden verse reflejadas en las historias de muchos comics, así como en la vida real.
En definitiva, que de todo se aprende y de todo se puede sacar algo bueno, y más aun de la lectura y los libros, pero aun así este no lo voy a recomendar, y menos para el veranito.
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