Cinco años hacía ya que no sabíamos nada de las andanzas del Capitán, desde que allá por finales del 2006 se publicara "Corsarios de Levante". Pero el tiempo transcurrido no ha hecho sino incrementar las ganas de volver a vivir nuevas experiencias junto al curtido soldado y su inseparable Iñigo Balboa. "Las Aventuras del Capitán Alatriste" rezan las portadas de cada una de sus entregas. Aventuras. Eso es. No sé si será por esos cinco largos años de espera pero este último episodio me ha parecido el más entretenido de todos, y el que quizá defina mejor la palabra aventura.
Coincidíamos mi amigo Gorka y yo en que es probablemente la entrega que más nos ha gustado. Igual es que estábamos un poco emocionados porque lo teníamos reciente, pero sin duda es indicativo de que el veterano Capitán ha vuelto a lograr atraparnos en ese mundo de esplendor español que ya empieza a ver cómo su decadencia llama a la puerta. Ese mundo que en esta última novela nos transporta a tierras italianas, en concreto a los tenebrosos canales y callejuelas de Venecia, perfectamente descritas por Reverte, y a vernos inmersos en una peligrosa misión a varias bandas, donde uno no puede fiarse de nadie.
Lo dicho, aventuras. Emboscadas, persecuciones y duelos, traiciones y lealtades, nuevas misiones y viejos conocidos, y todo ello como siempre envuelto magníficamente en el ambiente y la época del Siglo de Oro español. De tal forma, que estás en la cama leyendo y te dan ganas de echar la mano al florete cuando la contraria te grita que espabiles y que hagas la cena: "¡¡Cagüendiela!!" que diría el valiente Sebastián Copons.
Pues sí caballero, es una relación de desencuentros. O me encuentro con novelas que me gustaron como "La carta esférica", "Un día de cólera" o "Cabo Trafalgar" con otras que no me han enganchado la saga "Capitán Alatriste", por ejemplo. Eso sí, no le doy más oportunidades en lo que se refiere a sus artículos. Me he cansado de sus recursos, formas y estructuras. Me llegó a parecer que usaba el descalificativo como un recurso, lo que acabó con mi paciencia.
ResponderEliminarEllo me ha dejado una situación de indiferencia. APR = sin más.
Abrazos,
Alvaro.