Ejemplos al margen, la linea divisoria entre el bien y el mal, es muchas veces muy difusa, y puede depender en gran medida desde el prisma desde el que se mire. Dicen que los sentimientos de amor y odio en las personas están a un sólo paso el uno del otro. Incluso está científicamente comprobado que estos sentimientos activan circuitos cerebrales muy similares, y casi idénticos. ¿Es posible que esto suceda también con la percepción del bien y el mal? ¿Con los buenos y los malos? Quizá por eso hay casos en los que un bueno pasa de pronto a ser malo y viceversa...
Uno de estos casos de "viceversa" (de pasar de malo a bueno) es el que cuenta Ed Brubaker en el cómic "Incógnito". Un thriller policíaco, con ligero tinte superheróico, muy al estilo Brubaker. En él, Zack, anteriormente un villano enrolado a una organización criminal, tendrá que intentar llevar una vida aparentemente normal después testificar contra sus antiguos colaboradores y de dejar el mundo del crimen. Como os podéis imaginar, las cosas no serán fáciles para el reinsertado Zack, ya que la rutina diaria no parece serle suficiente comparado con las emociones que le daba el mundo del crimen. Me gustó tanto el dibujo (obra de Sean Phillips) como la trama, que va de menos a más y te acaba atrapando. En cuanto al protagonista, la verdad es que, a pesar de cambiar al bando de los buenos, sigue pareciendo un auténtico hijo de perra, pero un hijo de perra al que se le acaba cogiendo cariño, lo cual es quizá el punto más atractivo de todo el cómic. La buena noticia es que parece que la serie continuará (yo he leído el primer volumen que consta de los primeros 6 números). La mala es que desconozco cuando sacarán en España el siguiente volumen.
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